LA ESCALADA DE LA SINRAZÓN

ECLIPSE
Por Benjamín H. Yáñez Campero
 
 LA ESCALADA DE LA SINRAZÓN 
 
Como resultado del triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, la península de Corea, que desde 1910 había permanecido ocupado por Japón, se dividió en dos a la altura del paralelo 38; tras la división territorial dio inicio la Guerra de Corea de Sur, apoyada por los estadounidenses y la Organización de Naciones Unidas (ONU) versus Corea del Norte, respaldada por China y la Unión Soviética. Después de algunos intentos por celebrar elecciones y de buscar la reunificación, el norte estableció un gobierno comunista, lo que generó graves problemas que culminaron el 25 de junio de 1950 con la invasión de Corea del Norte a la del Sur, sentando el precedente del primer evento armado de la Guerra Fría. Tanto la ONU como Estados Unidos descalificaron la invasión y apoyaron abiertamente a Corea del Sur, y a tan solo dos meses de iniciadas las hostilidades, los norcoreanos fueron obligados a regresar del otro lado del paralelo 38. 
 
Desde entonces y hasta la fecha, ha existido una gran tensión en la zona, misma que se incremento  a niveles insospechados tras la realización en febrero pasado de una prueba nuclear que a decir de los propios norcoreanos fue “segura y perfecta” utilizando un “dispositivo miniatura pero con mayor fuerza explosiva”; clima tenso no solo por las propias disputas de las Coreas y las manifestaciones de poder o los señalamientos intimidatorios de ambas, sino por la abierta injerencia de sus respectivos aliados en el conflicto; Estados Unidos ha buscado sin éxito, que el gobierno de China modere el tono de su discurso en apoyo a norcorea, Japón se prepara para interceptar misiles norcoreanos, los surcoreanos denuncian más pruebas de misiles con ojivas nucleares de sus vecinos, en tanto todas las partes involucradas han desplazado armamento de alto nivel a la zona, ya sea para lanzar misiles o para interceptarlos, portaviones o buques de guerra, en fin para convertir la región en todo un polvorín. 
 
Pero como si todos estos elementos no fueran suficientes, para incrementar la tensión, Corea del Norte advirtió a Estados Unidos y a sus aliados que si es provocada dará una respuesta militar ''multiplicada por mil'', esto en defensa a su criticado programa nuclear. Dicha advertencia fue divulgada por la prensa norcoreana, y se produjo horas después de que el presidente norteamericano Barack Obama declarara que Corea del Norte es una ''amenaza grave'' para el mundo y sentenciara que hará cumplir las recientes sanciones de la ONU en contra de ese “país comunista”.  
 
Lo que en términos diplomáticos representa un fracaso para toda la comunidad internacional, en el intento de lograr el desarme nuclear y frenar los ensayos atómicos; para la ONU el ensayo nuclear norcoreano significa una "clara y grave violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad"; para Corea del Sur es "una amenaza inaceptable para la paz regional” y para el editor de este ejercicio, es –deseando del todo estar equivocado- equiparable al asesinato del archiduque Austro-Húngaro Francisco Fernando y de su esposa o en su defecto a la invasión a Polonia por la Alemania nazi o el ataque japonés a Pearl Harbor.   
 
Lo que evidencia, más allá de un fracaso diplomático o de un retroceso de la rectoría de los organismos internacionales que promueven la paz, es un claro desequilibrio de las fuerzas tradicionalmente dominantes en el concierto internacional, esto es, que la tecnología militar ya volvió a dejar de ser un monopolio estadounidense, es un mensaje obtuso y una ostentación de poder, del tamaño que ese sea, es sin duda alguna la sinrazón de la sinrazón; pone al mundo de rodillas ante la inminencia de un conflicto bélico de grandes proporciones y de alcances transcontinentales, es en pocas palabras dar pie a que el mundo se vuelva dividir, a obligar a todas las Naciones del orbe a tomar partido, a sentenciar que si no estás conmigo estas contra mí, es en suma hacerle el juego a quienes se benefician de la industria de la guerra, de la muerte y la destrucción. 
 
El Morral del Ciego:
Y hablando de asuntos más agradables, me permito reflexionar sobre el valor de la amistad y no de esa que se genera por interés o conveniencia, ni mucho menos de esa que se finge por protocolo o prudencia, sino de aquella que se traba a muy temprana edad, en donde los blasones, pergaminos, alcurnia, abolengo o estrato social no están ni siquiera en el vocabulario, menos aun en la conciencia; amistad que da y recibe sin ninguna pretensión, sin esperar nada cambio, esa que te permite compartir una torta propia o sustraída de otra mochila, esa que te invita bailar toda la tarde con apenas unos cuantos acetatos, aunque se repitan y suenen un poco a lata, o bien de esa que te da para compartir las respuestas de un examen final de matemáticas y que es resistente a cualquier a cualquier disgusto, malentendido, desacuerdo o resultado de alguna competencia deportiva, pero sobre todo resistente al tiempo. Vaya pues mi gratitud, cariño y el refrendo de mi amistad para la Generación 75-78
 
 

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