ECLIPSE
Por Benjamín H. Yáñez Campero
DEMOCRACIA: EL JUEGO
DE LAS MAYORÍAS
Histórica
y conceptualmente la democracia es, una forma de organización en las distintas
sociedades, es aquel sistema de gobierno en donde la soberanía del poder reside
en el pueblo, la ciudadanía, en todos los integrantes de tal o cual comunidad.
La ciudadanía por medio de votaciones decide el rumbo que han de tomar o bien
elige a sus representantes y/o gobernantes para que estos sean su voz en los
espacios de toma de decisiones.
Para
los Griegos literalmente democracia significaba “el gobierno del pueblo”,
existen tres tipos de democracia; la directa cuando la ciudadanía ejerce “directamente” la acción de decidir y la
indirecta o representativa, que es cuando la propia ciudadanía elige a sus
representantes (Diputados y Senadores) para que estos en su nombre tomen las
decisiones y por último la participativa que es la que promueve la “participación” directa de la ciudadanía
en paralelo a la de sus representantes, mediante ejercicios de consulta y/o
plebiscitarios, ninguno de los tres tipos debiera de ser excluyente uno del
otro, más sin embargo en México aun no llegamos a una integración plena de todos.
La
democracia es como todos los juegos de la vida, una competencia con reglas y la
que sobresale por sobre todas, es aquella que le da sustento y claridad, se
llama la “voluntad de la mayoría”; es decir la esencia de cualquier democracia
es que todas y cada una de la decisiones que afectan a tal o cual comunidad se
someten a consenso (votación) y lo que elije la mayoría de sus integrantes será
la que se implemente, para el caso de la elección de representantes y/o
gobernantes funciona exactamente igual, la mayoría manda y quien tenga más
votos será quien ocupe el cargo.
Esto
a colación porque pareciera que nuestras flamantes Diputadas y Diputados
Federales no conocen las reglas del juego que los puso a jugar, o sea, no saben
que gracias a la decisión de la mayoría ell@s ahora están sentad@s en una curul
y gozando de entre otras muchos privilegios, el del Fuero Constitucional que
impide a cualquier autoridad competente someterlos a un proceso penal por la
comisión de un delito, como debería de ser para algún@s con pasados y presentes
bastante turbios o bien el de una sustancial dieta que a decir del propio ex
Diputado panista Manuel Jesús Clouthíer Castillo ronda los 3 millones 557 mil
pesos al año, lo que nos da la nada despreciable cifra de 296 mil 416 pesos
mensuales, muy por encima de cualquier salario promedio de la ciudadanía que
los llevo ahí y de la cual se han olvidado flagrantemente, así como de sus intereses.
Y
como si esto fuera poco, invalidan, impugnan, vituperan, descalifican,
amedrentan, insultan y desde luego toman la tribuna de la Cámara de Diputados
cuando la decisión de la mayoría, en
pleno ejercicio de la democracia, vota a favor o en contra de una iniciativa cualquiera,
que no es la que ellos impulsan, promueven o creen que es del beneficio o en
perjuicio de la población (Partido, corriente o tribu) que representan, que los
eligió; pero aquí y justo aquí, es donde radica la esencia, como ya lo he
dicho, de la democracia; nos guste o no, estemos de acuerdo o no, con el
resultado de la votación o el propio contenido de la iniciativa sometida
primero a escrutinio y luego a
votación, esa es la regla del juego, y
ellas y ellos deberían de ser las y los primeros en respetarla, porque gracias
a esa regla ell@s ahora son Diputad@s y enaltecer y respeta esa decisión
hablaría de su talante democrático.
Desgraciadamente
en las semanas recientes hemos tenido dos penosos y hasta terribles ejemplos de
estas peculiaridades de “nuestros representantes populares”; el primero en la
Cámara de Diputados Federal, que se suscito para impedir que se llevara a cabo
la votación que culminaría con la aprobación del dictamen a la iniciativa de
reformas a Lay Federal del Trabajo y que no solo le diera un toque de insólita
a esa sesión sino hasta de histórica, ya que tras la toma de la tribuna por los
Legisladores afines a Obrador, la mesa directiva se instaló en uno de los
balcones laterales del recinto legislativo para desde ahí concluir con la
votación, lo que significo no solo la aprobación de las reformas sino que la
primera gran escisión entre las tribus
perredistas y que perfila cual será el triste camino que ha de recorrer la
“Izquierda Mexicana”, ya que tanto Jesús Ortega ex dirigente nacional del Sol
Azteca y líder de la corriente Nueva Izquierda, como el Diputado Silvano
Aureoles coordinador de la bancada perredista en San Lázaro, se deslindaran de
“esas acciones extremistas” emprendidas por los obradoristas –incluidos PRD, PT
y Movimiento Ciudadano- tildándolos de ser un “grupo de extremista incapaces de
respetar acuerdos legislativos” y de acatar las reglas del juego.
El
segundo y no por ello menos delicado, es el referente al acto más
antidemocrático, de incivilidad,
arbitrariedad, violencia y barbarie de los últimos tiempos, me refiero al de
incendiar la Presidencia Municipal, la Casa de Cultura, oficinas de Hacienda y
tres patrullas, así como la liberación
de 80 reos de la cárcel municipal y la agresión física a representantes de los
medios de comunicación en Motozintla, Chiapas, a manos de integrantes del
Movimiento Progresista afines también a López Obrador, como epílogo del
conflicto postelectoral por el triunfo del candidato a esa alcaldía del Partido
Verde Ecologista, Óscar René González que fuera electo por la mayoría y triunfo
que posteriormente fuera validado por el Tribunal Federal Electoral del Poder
Judicial de la Federación; así es como se las gastan los auto denominados “progresistas” que a juicio personal
solo son retrógrados neandertales,
pero afortunadamente ya fueron detenidos 41 de estos ejemplares y consignados
28 de ellos al penal de Comitán para enfrentar penas hasta de 20 años de
prisión por los delitos de rebelión, motín, evasión de reos, atentado contra la
paz e integridad corporal y patrimonial de la colectividad y el Estado, los 13
restantes fueron liberados bajo reservas de Ley.
¿Entonces?
¿Qué pasa? Exijamos que se respete la voluntad de la mayoría, repudiemos
cualquier conducta antidemocrática y hagamos valer las palabras del propio
López Obrador, “en la democracia se gana o se pierde”, o las del Presidente
Calderón “…debemos respetar la voluntad de la mayoría…en la democracia se gana
o se pierde por el voto ciudadano. Pero no hay victorias permanentes ni
derrotas para siempre” o bien las de una cita que ya he compartido de Rodríguez
Zapatero “al demócrata se le conoce en la derrota”.
El Morral
del Ciego:
Tras
una participación histórica del 84% los venezolanos reeligieron ayer Presidente
al auto denominado “Socialista” Hugo
Chávez, que tras vencer por aproximadamente 10 puntos porcentuales a su
opositor Henrique Capriles, tendrá la oportunidad, si sus condiciones físicas y
mentales se lo permiten, extender su mandato hasta llegar a 20 años en el
poder, lo que a juicio personal se acerca mucho más a una dictadura que a una
democracia, pero siguiendo con los juegos de las mayorías, esa es la decisión
del pueblo venezolano, hecho por el cual habrá que felicitarlos, así como por
la copiosa participación en las urnas. Este es otro ejemplo clarísimo que a
pesar de los resultados, puede no ganar el mejor o el más adecuado, gana sin
duda quien la mayoría así lo decide y eso se tiene que respetar a pie juntillas.
Comentarios
Publicar un comentario