ECLIPSE
Por Benjamín H. Yáñez Campero
COSAS DEL VERANO
¡Salpicadito!
Esa
carretera entre otras linduras ha
tenido que ser re-licitada por fallas de planeación y tiempos de entrega, ha
estado en reparaciones desde el mismísimo día que entró en operación hasta la
fecha, es presa de “deslaves y derrumbes ocasionados por las lluvias” dicen los
expertos, pero la realidad es que se deben a una deficiente planeación y a una
mucho más deficiente construcción, ha sido pista de aterrizajes forzosos, es la
principal vía de acceso a Acapulco, se estima que de los más de 400 mil turista
que recibió el puerto, por ejemplo la semana santa pasada, más del 50 por
ciento lo hizo utilizando dicha carretera y haciendo 7 u 8 o hasta más horas
para llegar a su destino y no solo por la gran cantidad de vehículos circulando
sino más bien por las pésimas condiciones en las que se encuentra y como si
todo esto fuera poco, desde ya hace algunos años se ha convertido en tierra de nadie, a merced de la delincuencia
organizada que la usa a plena libertad para concretar sus fechorías, me
pregunto yo, ¿Cuándo terminaran de repararla? ¿Cuándo será que esa vía sea promotora
del desarrollo que requiere urgentemente Acapulco? ¿Cuándo recibiremos por la
cuotas de peaje el servicio correspondiente? en fin, ¿Cuándo la SCT se
responsabilizará de tener una autopista a la altura de las circunstancias?
Y
ya que hablamos de Acapulco y que estamos en esa onda de las preguntas, me gustaría saber cuáles son las
responsabilidades, compromisos, deberes de todos los permisionarios, concesionarios
de los distintos servicios que se ofrecen en las playas de ese destino turístico,
así como la de los vendedores ambulantes, obviamente además de los permisos
municipales correspondientes y del respectivo moche a las autoridades competentes; me refiero a que si no tendría
la obligación de al menos mantener limpio el lugar de donde comen sus familias,
o bien de generar, crear o hasta solicitar la construcción de letrinas para que
al menos ellos que están todo el día, hagan sus necesidades, que al menos no deberían
de portar un gafete de identificación que redujera la posibilidad de ser
sorprendido por algún vivales, o que
la propia municipalidad o su órgano de verificación de precios no los debe de
obligar y ella misma validar o en el mejor de los casos regular los costos de
la prestación del tal o cual servicio.
Se
está haciendo un gran esfuerzo para hacer de Acapulco el destino turístico por
excelencia que fue, no solo a nivel nacional sino internacional, lleno de certámenes,
concursos, tianguis, ferias, festivales y demás, pero desgraciadamente lo
quieren hacer como muchas cosas se hacen en este bendito país, por decreto, por
la magia de un plumazo, de arriba hacia abajo y hacerlo así nos ha demostrado
la historia que los proyectos se truncan, fracasan y desalientan a la sociedad
en su conjunto; porque no primero lo
primero, una carretera que nos lleve y nos traiga con seguridad, con
calidad, con especificaciones y estándares universales; porque no primero regular,
y supervisar la actividad comercial y la prestación de los servicios que se
ofrecen en las playas que al final de cuentas son el motivo por el cual los
turistas viajamos a Acapulco y entonces si como dice su campaña todos “Hablemos
bien de ACA”.
Por
último pero también de playas, les platico que gracias a mi actividad laboral actual
he tenido que asistir a las diez Playas
Populares que el Gobierno del Distrito Federal ha puesto en marcha en muy
distintos puntos geográficos de esta gran capital, desde las que se encuentran
en las Alamedas Norte y Oriente, hasta las que se encuentran en Aragón, Tlahuac,
Villa Olímpica, Calzada del Hueso o bien en Magdalena Contreras, Iztacalco e Iztapalapa; como
ustedes saben y si no se los comento, hoy por hoy no tengo ninguna filiación
partidista, por lo que el contenido de este ejercicio pretende no tener viso ni
sesgo alguno, pero es importante no solo denunciar sino también reconocer el
trabajo que hacen nuestros gobernantes independientemente de su extracción
partidista.
A
mi muy particular punto de vista, esas Playas son un acierto completamente del
Gobierno capitalino, más allá de las críticas de los conservadores que lo
señalan como populista o bien de la indiferencia de las autodenominadas clases acomodadas, que solo sentencia
que al pueblo ”pan y circo”; pero para quienes hemos tenido la oportunidad de recorrerlas
y de percatarse que son un esfuerzo importante, son dignas, planeadas,
funcionales, amén de limpias, cuidadas, seguras, gratuitas pero sobre todo
divertidas; todas cuentan con más de una alberca, con brincolines, juegos inflables, actividades físicas, culturales y
desde luego lúdicas, con grandes espacios y equipamiento; he tenido la fortuna
de oír reír a cientos de niños, jóvenes y adultos que las han adoptado como su
mejor opción de vacacionar, que las han convertido en el punto de reunión y
esparcimiento de la familia. Así que no me resta, más nada que decir ¡felicidades!,
que bien que la sociedad mexicana tiene en la capital, al alcance del
transporte público una oportunidad de tirarse al sol en las blancas arenas de
sus playas.
¡Que viva México y sus playas…todas!
El Morral
del Ciego:
Vaya desde acá mi reconocimiento
a los y las medallistas olímpicos en clavados sincronizados, son el producto de
su constancia y perseverancia, el cariño y apoyo de sus familias y la entrega
personal, que l@s convierten en miembros de ese destacadísimo grupo que encabezan
los Dioses Griegos, enhorabuena.
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