LAS RELACIONES PERSONALES, UN CAMINO DE DOS SENTIDOS


ECLIPSE
Por Benjamín H. Yáñez Campero



LAS RELACIONES PERSONALES, UN CAMINO DE DOS SENTIDOS


En otra de las muchas libertades que me tomo como maquilador de este ejercicio nuestro, en esta entrega quiero compartirles una reflexión; quiero ponerles en la palestra un verdad universal, lo complicadas que son las relaciones personales, del tipo que estas sean, afectivas, familiares, pasionales, laborales o casuales, todas tienen un común denominador, son en extremo complejas.

Para empezar habrá que determinar ¿qué son las relaciones personales?, son los lazos que vamos estableciendo a lo largo de nuestras vidas con las personas con las que tenemos algún tipo de convivencia, son las interacciones recíprocas entre dos o más personas basadas en sentimientos, emociones, afinidades, intereses, consanguinidad, etc., etc., que en cualquiera de los casos son regidas fundamentalmente por algunos preceptos que resultan melancólicos o hasta románticos en la actualidad como: el respeto, la confianza, la comunicación, empatía, solidaridad y la reciprocidad entre otros tantos.

Pero una buena relación, sana, duradera, en igualdad de circunstancias, no es cosa de un rato, es un trabajo a largo plazo, habrá que entender y aceptar que llámese como se llame nuestra relación, ésta tiene que ser de dos sentidos, como decimos en el barrio, de voy y vengo, porqué una relación de un solo sentido se torna abusiva, no podemos permitir ni permitirnos, solo recibir o solo dar, tan injusta e inequitativa una como otra, ni tampoco caer  en la mezquindad de contabilizar lo dado o lo recibido para retachar la copa.

Una relación exitosa, al menos para el de la pluma, es aquella en la que, sin rebasar tus capacidades, te brindas a quién te ha abierto alguna puerta; de su casa, de su empresa, de su corazón o de su o tú familia, es la maravillosa oportunidad que nos brinda la vida para agradecer y/o corresponder a aquellos que de manera desinteresada o no, te han brindado, su mesa, su cuerpo, su amor, su amistad, sus bienes, su sabiduría, a aquellos que en momentos difíciles, inesperados o llenos de felicidad, te obsequian una sonrisa, un taco, una palabra de aliento, una felicitación, una llamada telefónica, un cariño, un beso, una oración, un regaño, un consejo, su compañía, su presencia y hasta su silencio, es entonces el momento, la posibilidad de ser grandes de ser magnánimos con nosotros mismos, es el tiempo de demostrar de que estamos hechos, la calidad de los calostros que nos alimentaron al nacer, es el momento de hacer de nuestra relación una camino de dos sentidos.

Aprendamos a corresponder y permitamos ser correspondidos, tengamos atenciones y dejémonos atender, amemos y recibamos el amor que nos ofrecen, hagamos felices y dejemos que nos hagan felices, en esa simple ecuación se encuentra la posibilidad de de tener una maravillosa, sana y equitativa relación.

El morral del ciego:

Y hablando de corresponder, quiero agradecer a todos y cada uno de ustedes que con motivo de mi cumpleaños tuvieron la grandeza de corazón, para hacerse presentes en esa fecha y lograr con ello otro día inolvidable en mi existencia, en especial quiero agradecer a mi inseparable e incondicional familia, por su amor y alegría. ¡Gracias de corazón a corazón!

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