LAS MUJERES, EL SEXO DÉBIL ¡Un mito urbano!



 ECLIPSE

Por Benjamín H. Yáñez Campero



LAS MUJERES, EL SEXO DÉBIL
¡Un mito urbano! 


En pasado jueves 8 de marzo, se conmemoro un año más del “día internacional de la mujer”, día en el que en todo el mundo se reconoce el arduo trabajo de todas las mujeres, de esas más comunes que corrientes, que día a día han hecho de este mundo un lugar más equitativo, de esas que se rajan la espalda por salir adelante, por ser en muchas ocasiones, padre y madre al mismo tiempo, así como amas de casa, tutoras, compañeras, amantes, proveedoras, enfermeras y no sé cuantas cosas más y al mismo tiempo. 

Mujeres, dadoras de vida,  forjadoras de almas y conciencias, que entregan en la mayoría de los casos, la vida misma por cuidar de los suyos, por hacer valer su paridad, por refrendar sus propias habilidades, natas o adquiridas, seres por naturaleza superiores en todos los sentidos a cualquiera de la creación: valientes, sensibles, comprometidas, perceptibles, intuitivas, amorosas, cálidas pero al mismo tiempo curiosas, viscerales y apasionadas, sin importar su condición cultural, social, nivel educativo, peso o talla, belleza, color de cabello, nacionalidad o creencia, son pues por definición  técnicamente perfectas.

Partiendo de esa realidad, y de otras tantas, como el que son dueñas de su cuerpo, de su espacio y libres de hacer con ellos lo que les venga en gana, como con cualquiera de sus otras pertenencias, entonces me pregunto yo ¿Por qué? caer en el juego de hacerlas y hacerse diferentes, minusválidas, oprimidas explotadas, abusadas, ¿Por qué? buscar graciosas concesiones de derechos que por natura les corresponde, les son suyos, indivisibles e inalienables. 

¿Por qué? por un lado exigir igualdad en todos los aspectos y por otro aceptar reglas diferentes, concesiones especiales por su calidad de mujer, porque hablar de igualdad entre hombres y mujeres y esperar que les abran la puerta o les cedan los lugares o les carguen las bolsas, porque no hacer de sus derechos una condición sine qua non de su propia existencia y de todos los seres humanos sin distingo de su género. 

Ahora bien, desde mi particular punto de vista, la trampa radica en que esa superioridad manifiesta de las féminas y reconocida, aceptada y asumida por el de la pluma, es parte de un sublime garlito para ocultar la más evidente de todas las realidades…el mundo, la vida misma y todas las relaciones que en ella se establezcan, son controladas, dictadas,  supervisadas y dirigidas por las mujeres. Y todo lo demás, es un simple juego en el que ilusamente los hombres, “el sexo fuerte”, participamos creyendo que ellas están en busca de ser iguales a nosotros, pero la realidad es que ese juego ya tiene un final escrito en cada una de las mentes de las damas que nos rodean y nosotros simplemente bailamos al ritmo que se les antoje y si no, para eso el Arquitecto Universal, no contento con la magnificencia de su creación, las doto de coquetería, encanto  y mucha belleza, para que con un simple beso o caricia, caigamos rendidos a sus encantos. 

Por ello, no permitamos que nadie nos venda la idea de que son menos que nosotros, que son menos capaces, menos inteligentes, en fin, inferiores a nosotros los “machos”, no les hagamos concesión alguna, más que las que el sentimiento y la buena educación dictan, no regateemos sus derechos, asumamos la conveniente realidad de que somos iguales, que no hay diferencias entre nosotros y así saldremos ganando y pondremos al descubierto la dulce realidad de que son las amas y señoras del universo. 

¡Para que te traten como igual, primero te tienes que asumirte como tal! 

Por último, me permito una vez más agradecer a todos y cada uno de esos maravillosos seres llamados mujeres y no por seguir la mercadotecnia o los turbios intereses generacionales que las han señalado como diferentes en un sentido peyorativo de su acepción, sino expresamente por el placer de su existencia; gracias a todas las que en algún momento de la vida decidieron compartir conmigo parte de la suya, de su sabiduría e historia; a todas las que me han brindado consuelo y cariño, a las que me dejaron, a las que se fueron, a las que tomaron caminos distintos al mío, a la que esta, a las que han logrado arrancarme una lagrima de tristeza o de placer, a las que compartieron su cama, su espacio, su cuerpo, su vida, su alma, sus sueños, triunfos y fracasos, su sonrisa, su amor y amistad. 

Mil gracias a Doña Emma que me dio la vida, a todas las mujeres de mi familia -hermanas, cuñadas y sobrinas- que han estado y estarán siempre, pero sobre todo gracias a las que la vida me ponga enfrente para seguir aprendiendo de ellas y en especial a ti, que estas en algún lugar del horizonte, frente a mí o en otra latitud, en espera de nuestro encuentro, para que después de un largo beso… acabar juntos nuestra existencia. Gracias a todas 

El Morral del Ciego:
Recientemente tuve la oportunidad de compartir un poco del tiempo, visión empresarial y experiencia de Ícaro, asiduo lector y amigo personal entre otras cosas, durante una tarde sobre avenida Reforma y él atinadamente me hacía notar la inmensa diferencia de nuestra avenida principal, con algunas otras como Champs-Élysées en Paris o bien la Gran Vía en Madrid, y me decía “esas, están llenas, restaurantes, teatros, boutiques de grandes firmas” en fin, de un sin número de comercios, con gran iluminación y con la garantía de una estricta vigilancia, lo que permite evidentemente, el desarrollo comercial, la afluencia turística y por ende una gran derrama económica, entonces nos preguntamos ambos y yo le pregunto ahora a las autoridades capitalinas ¿por qué no hacer de Reforma el punto de reunión?, otorgar un sinfín de licencias para comercios, condicionar la apertura de bares, restaurantes y discotecas (antros), a que se instalen en ese magnífico corredor y lograr resucitarla y no como ahora que sus jardineras son un nido de indigentes; promoverla vida nocturna y no como hoy día que la majestuosidad de los árboles milenarios y su inmenso follaje impide la correcta iluminación y genera un estado de indefensión a los transeúntes y visitantes, ¿por qué no hacer? de sus camellones y terraplenes, amplios sitios para manifestaciones artísticas y culturales, hacer de Reforma un sitio seguro, iluminado y de una interminable vida, por las mañanas y tardes centro de la actividad empresarial y por la noche punto de encuentro lúdico, gastronómico y cultural.

¡Que algún candidato o candidata nos diga esto y entonces votemos por él o ella!


Comentarios

  1. Emma Yáñez
    En efecto mi querido columnista, creo que algún rayo del creador universal te toco porque encontraste uno de los puntos "g" de grandes preguntas, LA IGUALDAD ES IGUAL A DESIGUALDAD,a mi en lo personal y a muchas mujeres que conozco, no nos interesa ser como un hombre Dios nos hizo diferentes para complementarnos, lo que si exijo es ser tratada y respetada como ser humano.
    Vas por buen camino.

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