DOCE UVAS ¿Deseos, reflexiones o utopía?

ECLIPSE
Por Benjamín H. Yáñez Campero 



DOCE UVAS
¿Deseos, reflexiones o utopía? 

Después de un largo peregrinar de fiestas, brindis, pre-posadas, posadas y celebraciones navideñas y de fin de año, al fin la vida parece que regresa a la normalidad en este apocalíptico 2012, solo nos falta cumplir con la tradición de los Reyes Magos y  los no menos tradicionales tamales de la Candelaria para redondear el larguísimo maratón de pretextos para comer y beber en exceso y por supuesto redondear nuestros propensos, genéticamente hablando, cuerpos latinos; para darle consistencia al musculo en reposo, al callo de la andadera, afirmar que él o ella ahora son gordibuenos y con ello dar paso a algunos de los deseos más recurrentes de cada inicio de año, “este 2012 si voy a ir al gimnasio”, “prometo solemnemente bajar de peso”, todo esto aunado al cada vez más fuerte bombardeo publicitario respecto a los estándares de lo que ”debe” ser considerado como “belleza” o el estereotipo del hombre y/o la mujer triunfadora. 

México enfrenta un serio problema de salud pública por la obesidad y todos las enfermedades relacionadas con ella, como el colesterol, infartos, diabetes, entre otros que por desgracia no solo afectan a los adultos sino actualmente este problema radica principalmente en los infantes, problema que requiere de fuertes cantidades de presupuesto para ser atendidos, así como de una larga cadena educativa que nos permita reaprender la manera en que nos alimentamos y dejar de lado la mala influencia de la comida chatarra que nos han introducido nuestros vecinos del norte. 

Otro gran problema de salud pública, son todas aquellos padecimientos y enfermedades crónicas que se relacionan con el consumo de tabaco siendo el cáncer la más significativa y devastadora de todas y desde luego se convierten en otro de los más grandes nichos en los que al sonar de las 12 campanadas expresamos nuestra voluntad de quitarnos ese hábito;”ahora sí, este año voy a dejar de fumar”. 

Ahora bien, empezamos el año pero con una triste tradición, la tan sonada cuesta de enero, ya que después de haber gastado nuestro aguinaldo en el “buen fin” que nos permitió acceder a comprar artículos innecesarios,  así como la realización de innumerables celebraciones y por supuesto la compra de un sinfín de regalos para toda la parientela y claro para intercambios en el trabajo y los amigos, ahora nuestras finanzas están en un punto de quiebre, como dato curioso el    30% de los prestamos del Nacional Monte de piedad son para solventar los gastos ocasionados por la realización de eventos sociales, lo que nos coloca en la posibilidad de citar otro deseo de fin de año; “ahora sí, este año voy a ahorrar”. 

Y así, podíamos pasarnos lo que resta de este año que recién comienza, haciendo un recuento de lo que en realidad somos y el amplio espectro de en lo que nos queremos convertir, reconociendo y aceptando todas esas debilidades, carencias, necesidades, hábitos y proyectos  que tenemos plenamente identificadas y que durante los 365 días del año que termino no hicimos nada para solventarlas, adquirirlas, desarrollarlas o bien deshacernos de ellas y nos concretamos a enumerarlas la noche de año nuevo al calor de la alegría y unos cuantos tragos. 

Así pues, mis estimados familiares, amig@s y lector@s hago votos, contagiado aun por ese espíritu festivo, para que este año este lleno de salud, dinero y felicidad para cada uno de ustedes y los seres que les rodean; hago votos para que se realicen sus más caros anhelos y se conviertan en realidad todos los pensamientos de prosperidad y abundancia que han cruzado por su mente, para que este 2012 sea su año, el año en que agoten todos esos compromisos que lanzaron al aire al sonar de las campanas, para que cada uno de esas necesidades expresadas sean cien por ciento satisfechas, hago votos para  que cada uno de nosotr@s tenga el ímpetu, la constancia y la perseverancia para hacer nuestros todos los satisfactores que requerimos de manera individual y para que ese esfuerzo personal se sume y tengamos la posibilidad de construir un México mejor, más democrático, trasparente, tolerante e incluyente, un México del que podamos sentirnos completamente orgullos, un México con el que soñaron nuestros padres y ahora está en nuestras manos entregarlo a las siguientes generaciones. Un México como dice Lilia Y. Carrera, asidua lectora de este ejercicio, con más civismo, donde prevalezca la educación y la cortesía, en donde cada uno de los ciudadanos hagamos bien la parte que nos corresponde, donde no pisoteemos las garantías de nadie y exijamos con responsabilidad cada unos de los derechos.


¡Feliz año nuevo, nuevo ciclo, nuevas oportunidades!


El Morral del ciego:
En este  año electoral y siguiendo con este animo que provocan los duendes de la temporada, no solo deseemos sino que exijamos y comprometámonos desde cada una de nuestras trincheras, a hacer de este año, un año sin violencia, sin permitir ni prestar oídos a rumores infundados, a calumnias y a descalificaciones. Votemos por esos partidos y/o candidatos que menos ensucien la ciudad, por esos que han sido coherentes en su actuar y decir,  por aquellos que no solo se concentran en la descalificación personal, o en los pretenden engañarnos con demagogia mesiánica y con promesas intangibles. Todos conocemos perfectamente bien la realidad del país y lo que requiere, así que solo votemos por aquellos que asuman esta realidad y que nuestra elección radique en la propuesta de cómo enfrentar dicha realidad. No permitamos que compren nuestras conciencias, ni que nos obligue la costumbre y mucho menos permitamos que en desanimo o la apatía gobierne nuestra Nación, ejerzamos libremente en conciencia e información nuestro derecho de votar y ser votados.


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